El impacto de la crisis del gigante inmobiliario Evergrande Group y el rumbo que toman los mercados internacionales
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Esta semana en el mundo comenzó compleja. Las acciones inmobiliarias y de bienes raíces de Hong Kong, recibieron una paliza el lunes pasado cuando el gigante inmobiliario chino Evergrande Group se enfrentó a una crisis de deuda que alimentó los temores de un colapso, y un posible contagio que podría amenazar la economía China. El promotor inmobiliario chino acumuló la friolera deuda de u$s 300.000 millones, y hasta algunos establecieron comparaciones con el colapso de Lehman Brothers en 2008.
Todos se asustaron cuando Evergrande dijo que “no hay garantía” de que pueda cumplir con las obligaciones financieras.
Si bien la crisis para Evergrande es bastante mala y el crecimiento chino ha sido más débil de lo esperado, Wall Street apostó a que no habría mucha amenaza de contagio generalizado. O, al menos, no en la medida en que se produjo a raíz del colapso de Lehman Brothers.
Primero, es poco probable que porque no tiene las mismas ramificaciones que Lehman. Segundo, porque esto no pasa desapercibido el radar del gobierno chino desde hace algún tiempo como niveles de deuda. Tercero, probablemente no es lo mejor para China no intervenir.
China ha estado reprimiendo los niveles de deuda de sus empresas durante algún tiempo y ha estado apuntando a empresas que van en contra de la visión del gobierno sin dudarlo.
Al día de escribirse esta nota, Evergrande Group emitió un comunicado diciendo que alcanzó un acuerdo con los acreedores, aunque no dio detalles.
Los mercados internacionales, en realidad, están yendo en la segunda mitad del 2021 por un camino mucho más típico y clásico de lo que se hubiera sugerido la primera mitad del año. Los inversores masivos (esos que se mueven por redes sociales) se están alejando de las acciones de moda y están volviendo a los estándares de primera línea en lo que se refiere al juego de largo plazo.
Acciones como GameStop y AMC Entertainment han perdido casi todo su impulso, mientras aquellas como Microsoft continúan aumentando. Es decir, la tendencia de principio de año, está muriendo a medida que aumentan los “viejos favoritos».
No es una suposición, es un hecho. Se observa de manera más evidente cuando se miran los fondos cotizados en bolsa (ETF) como un valor “aburrido”, y los basados en dividendos superan a selecciones más atractivas.
Los mercados eran muy especulativos a principios de año debido a que la incertidumbre era alta, las vacunas apenas comenzaban a distribuirse, y la economía se recuperaba mucho antes de la pandemia. Eso no quiere decir que todavía no haya algunos rincones burbujeantes del mercado en la actualidad, pero los inversores están volviendo gradualmente a los favoritos de antaño que se pueden mantener como inversiones a más largo plazo. Atención: No todas las acciones “clásicas” suben.
Dicho esto, no es como si todos los grandes nombres cotizaran al alza en los últimos meses. En este punto, hay mucha menos correlación entre las acciones ahora que a principios de año.
En condiciones de mercado más extremas, las acciones tienden a tener correlaciones más fuertes entre sí, ya que los operadores se involucran en ventas masivas, como cuando un nuevo virus conduce al cierre de ligas deportivas y, finalmente, a economías enteras. Todos se mueven en manada.
Asimismo, los inversores que intentan comprar la caída generalmente hacen que la mayoría de las acciones suban a medida que los operadores vuelven al mercado. En este punto, algunas acciones suelen quedar rezagadas debido a las industrias (líneas de cruceros durante una pandemia, por ejemplo), pero muchas cotizan junto con el mercado en general.
Conclusión de la semana: los mercados parecen estar favoreciendo una vez más las acciones más tradicionales que han sido grandes ganadoras en el pasado, pero elegir cuáles en particular van a subir a continuación es un disparate.
