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Aprender a minimizar los riesgos financieros en la empresa.

La Confederación General Empresaria de la Argentina (CGERA) advirtió sobre el saldo negativo entre las pymes que abrieron y cerraron durante 2016 y 2017. El saldo negativo es de casi 4787.

Es cierto que todos los años nacen y mueren empresas, y es natural que así pase. Sin embargo, si uno quiere ser parte de la población que sobrevive, más allá de llevar una idea de negocio se necesita de la ejecución de varias acciones para lograr un objetivo, es menester también ser cuidadosos con los números.

¿Cómo hacemos para hacerlos con el menor riesgo posible? Hay 4 reglas básicas.

  1.  Planear antes de ejecutar. La marcha de cualquier negocio (grande o chico) no puede ir por impulsos en el aire o simplemente buenas intenciones, debe ir acompañada de un plan financiero que permita cuantificar, proyectar, hacer seguimiento al uso y a las necesidades de los recursos que se requieren para su puesta en marcha.
  2.  No mezcle las cuentas. Un error usual de quienes están a cargo de empresas es mezclar los dineros personales con los de la empresa. Es vital que aprenda a independizar la generación y el uso de los recursos del negocio y los propios, puesto que si saca de más es posible que condiciones sus posibilidades de crecimiento o su resguardo en momentos que la coyuntura no acompaña.
  3.  Es mejor que registre, antes que olvide. Muchas empresas tienen a sus contadores para liquidar impuestos o sueldos. Sin embargo, su estudio contable está para mucho más que eso, y lo exhortar a que le realicen un oportuno y adecuado registro contable de las operaciones y/o transacciones del negocio, para que cuente con la evidencia necesaria para la toma de decisiones.
  4.  Ningún dato es despreciable. La empresa está llena de sistemas que usted no tiene en cuenta, contemple tanto la información interna del negocio, como aquella externa que pueda tener implicaciones o generar riesgos financieros futuros; por ejemplo, variación de tasas de cambio y tasas de interés, implementación de nuevos impuestos o cambios en ellos, entre otros.
  5. Tenga en cuenta su arquitectura financiera. Todas las empresas tienen una ecuación de valor propia, y una arquitectura financiera particular que sale de su sistema contable y de los otros sistemas de información y datos que su empresa genera. Esta ecuación es la que le permite hacer modificaciones y cambios sin que se le alteren los otros números del negocio.

Lo anterior, le permitirá evitarse dolores de cabeza en el futuro, minimizar los riesgos de su negocio y evitar caer en situaciones de incumplimiento ante obligaciones comerciales, laborales y fiscales.

Más de 20 años de experiencia en el sector. Experto en Ingeniería Financiera, Planificación Patrimonial Internacional y Analista Económico.

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